Para los niños -¿quién no se acuerda?- era el momento de interrumpir los juegos y reponer fuerzas al consabido grito de “¡A merendaaaar…!” Para los mayores, la hora de las confidencias al calor de una taza de té o el café. O de las tertulias, distendidas o apasionadas, que a veces se prolongaban hasta tarde. O de alguna que otra cita romántica. Lo cierto es que la merienda ha sido desde siempre, más que una simple comida, uno de los momentos más especiales del día, una dulce pausa en la que el descanso venía acompañado de sabores llamados a perdurar en la memoria.
El ritmo acelerado de los nuevos tiempos, sin embargo, ha ido amenazando cada vez más el hábito de la merienda, hasta el punto de que en muchas casas se ha perdido o se ha reducido a un simple bocado o una bebida caliente a la carrera, en medio de mil quehaceres. Por suerte, poco a poco vemos que la costumbre de merendar se va recuperando, y cada vez es más la gente no solo aprende a poner el freno en su agenda, sino también a hacer comidas sanas y equilibradas en varios momentos del día, incluyendo la tarde. Y cómo no, a concederse de vez en cuando algún capricho…

Según los expertos en nutrición, conviene observar la disciplina de las cinco comidas diarias, de las cuales la merienda debe suponer aproximadamente el 10-15% de las calorías totales ingeridas, con el objeto de mantener constantes los niveles energéticos a lo largo de la jornada y así evitar la disminución del rendimiento físico y mental, somnolencia o mareos. Eso, sin olvidar que una buena merienda agiliza el metabolismo y supone que el apetito disminuye a la hora de la cena, haciendo ésta más ligera y asegurando un sueño más tranquilo, a salvo de digestiones pesadas. Eso sí, nada de bollería industrial, refrescos, snacks envasados o comida basura: no olvidemos que se trata, ante todo, de comer bien por eso hay que prestar especial atención a las meriendas para niños.
Y por posibilidades, que no quede. Ya nos mueva la lealtad a la tradición, la tentación de sentirnos de nuevo un poco niños, el compromiso con nuestra salud o el simple hedonismo, lo cierto es que este regreso de las meriendas viene acompañado de un sinfín de opciones, que van de las más clásicas a las más imaginativas y sofisticadas. La clave del éxito en este sentido es escoger muy bien el lugar, la compañía y por supuesto las recetas de las meriendas. Las hay para todos los gustos y en general muy fáciles de hacer si se cuenta con los ingredientes adecuados, y es que las mermeladas para merendar se van a convertir en uno de tus básicos.

Mermeladas para merendar
Y hablando de buenas costumbres, no olvidemos tener siempre a mano las mermeladas para merendar de La Vieja Fábrica para elaborar estos u otros platos similares: al fin y al cabo, llevan más de 180 años siendo un aliado infalible en las cocinas para que no nos dejemos llevar por las prisas y sigamos celebrando este momento como se ha hecho toda la vida.